Llegando al pueblo me di con la sorpresa de que estaban de fiesta con motivo de la Virgen del Rosario.
Eran alrededor del mediodía y la procesión no había empezado aún. Menos mal, porque no soy precisamente una fan de las procesiones, aunque los preparativos y el folklor local me entretuvieron un rato.
A este fotógrafo no le gustó nada mi presencia de paparazi foránea. Véanle nomás la cara.
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