Fines de marzo hicimos una excursión a Ocucaje con un paleontólogo. La misión de fondo, como de toda excursión científica que se precie, era encontrar el eslabón perdido. A saber, huesos de elefantes y de un perezoso gigante que habrían poblado esta zona hace sólo 5000 años. No encontramos los elefantes, por razones que no quiero ahora exponer, y muy a pesar del paleontólogo que se sumió en un ánimo sombrío. Por suerte, no me interesan mucho los fósiles y mi única meta es el camino que se hace al andar. Y, mientras el paleontólogo nos iba enumerando las edades geológicas de cada cerro y nos pintaba el cuadro del posible paisaje hace solo 5 mil años: cuando todo este desierto era zona tropical, tipo sabana africana, con islas de árboles y palmeras gigantes y elefantes -¡sí, elefenates!- y perezoso, cómo no, gigantes, ientras, contaba todo esto, avanzábamos por un paisaje alucinante, como por la superficie de un planeta desconocido. De regreso, a eso de las cinco de la tarde, y para compensar el principio paleontológicoa, nos desviamos hacia el Cerro La Bruja, famoso por sus descubrimientos de fósiles de ballenas y delfines. Allí se nos ofreció un escenario absolutamente extraño y espectacular. En el cielo se agolpaban dramáticamente las nubes, y el valle y las colinas calcáreas del otro lado del Río Ica se iluminaron mágicamente en la última luz del día.















3 comentarios:
Interesante el lugar y las imagenes muy buenas.
no hablo español pero las fotografías son fantásticas
Very interesting and beautiful photographs!
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