28.8.07

El Lente Ambulante. Sobre la fotografia de Garry Winogrand



“Siempre me ha fascinado – me deja perplejo, digo - cuando la gente habla de la profundidad en la fotografía y sabe dios qué, cuando todo lo que hace la fotografía es describir la luz en la superficie. Eso es todo lo que hay. Y es todo lo que jamás conoceremos sobre cualquier cosa. Ya saben, lo que vemos. Pienso que somos nuestros rostros y todo eso. Todo lo que hay, es la luz en la superficie.” (Garry Wonogrand)



Garry Winogrand es un fotógrafo al que, por su edad – nació en 1928 –, tendríamos que llamar “un clásico”. Define la década del 60 en Norte América, así como Robert Frank define la del 50 y Walter Evan la del 30. Pero basta ver sus fotografías para darse cuenta de que escapa toda clasificación. Aún así, representa para muchos el arquetipo del “Streetphotographer”. Sin duda era un voyeurista compulsivo, lleno de energía, obsesionado y siempre curioso que perseguía a la gente en sus idas y venidas y correrías por la calle, en sitios públicos, en eventos de todo tipo, siempre ahí donde “algo pasaba”. Para él todas las cosas eran fotografiables, todas. Era una especie de máquina tomadora de imágenes que recorría incansablemente su natal Nueva York y luego, con una beca -e igual como ya lo había hecho Robert Frank -, atravesando los Estados Unidos de arriba para abajo.

“Estar casada con Garry era como estar casada con un lente”, habría dicho quien fue su primera mujer.



Usaba preferiblemente un lente de gran ángulo con el que tomaba desde una distancia íntima. Esto le permitía ampliar el horizonte, el contexto en cada fotografía. “Una imagen trata de lo que se ha fotografiado y cómo esto existe en la fotografía…¿Qué puede suceder dentro de cierto encuadre? Porque, fotografiar algo lo cambia. Es interesante, no necesito tener ninguna responsabilidad de contar una historia para lo que estoy fotografiando. Mi responsabilidad es la de describir bien.”
Como es de esperar en un fotógrafo como él, no se preocupaba de cómo sus fotos iban a salir. “Dejo que de eso se hagan cargo ellas mismas”, como decía. “La naturaleza del proceso fotográfico – es la del fracaso. La mayoría de lo que hago no resulta del todo. Los fracasos pueden ser inteligentes; es decir, ‘nada ganado, nada perdido’. Ojalá estés arriesgando fracasar cada vez que tomes una foto.”







En una reflexión sobre su producción y quehacer que data de 1963 dice: “Miro estas imágenes que he tomado hasta ahora y me hacen pensar de que quiénes somos y qué sentimos y qué ha de ser de nosotros no tiene ninguna importancia". Y luego dice, "No puedo aceptar mis conclusions, y tengo que continuar profundizando esta investigación fotográfica”.








¡En su vida tomó más de 300’000 fotografías! A su muerte dejó 2500 rollos de 36 imágenes cada uno sin revelar, 6500 rollos de película revelados pero no ampliados y 300 hojas de contacto que habían quedado sin editar.




"Yo no tengo imágenes en mi cabeza. Estoy atracado con mi propia psicología. Con mi propio, cómo decirlo...conmigo mismo. De modo que estoy seguro de que hay una especie de argumento, de hilo conductor o lo que sea, pero no tengo imágenes en mi cabeza" (Garry Winogrand)

No hay comentarios: