8.3.08

la desaparecida

En setiembre del año pasado aparecieron en varios distritos de Lima estos grandes afiches con el retrato de una mujer mayor sobre fondo rojo y la palabra DESAPARECIDA impresa por encima con letras mayúsculas, de azul chillante y delineadas de blanco. Era un afiche atípico dentro de la gama de afiches de desaparecidos. Llamaba la atención. Y en este caso parece que, además, por algo provocaba la irritación de los transeúntes, pues al cabo de pocas semanas no quedaba un afiche sin rasgar, por no decir, hecho trizas. Y con ello se fueron borrando los pelos y señales de la DESAPARECIDA: que se llama Tula Milla de Cárdenas, que tiene 70 años de edad, que viste pantalon azul, chompa ploma, zapatos marrones, que sufre de lagunas mentales...
Estas fotos no me las propuse. No salí en busca de los afiches de la DESAPARECIDA. La cara de la DESAPARECIDA se me aparecía en cada tercera cuadra, pegada en un poste o en una pared. También llegué a imaginarme que la DESAPARECIDA salía al amparo de la noche y rasgaba con largas uñas su efigie, se empecinaba en borrar con estólida desesperación el infame afiche con el que sus parientes pretendían recapturarla. La DESAPARECIDA quería permanecer desaparecida. (Y a mi parecer, hace bien.)